viernes, 18 de noviembre de 2011

Canibalismo sexual: Más que amor, es frenesí.




Solitarias, predadores sin compasión, cazadores letales; son características que pueden describir a la mayoría de las mantis, lo cual hace del apareamiento un momento único y peligroso en el que pueden convivir dos mantis; conducta que en muchas ocasiones puede terminar en lo que conocemos como canibalismo sexual, sin duda una de las conductas que mas fama le han dado a las mantis hembras.

El canibalismo sexual, una variante del canibalismo, conducta común de observar en mantis hembras, caracterizada por devorar una parte o completamente a su compañero sexual, que tiene lugar durante el proceso de apareamiento, generalmente en el transcurso o con posterioridad a la cópula.

Esta conducta aunque puede parecer una práctica muy inhumana y cruel, tiene un explicación lógica si partimos del precepto de priorizar la descendencia por sobre la sobrevivencia; para este punto, como ya se habrán imaginado, es un ejemplo extremo de oposición entre jugarse la vida y copular o sobrevivir sin dejar descendencia; copular y experimentar el canibalismo sería un buen negocio para la pareja de mantis, para la hembra si con devorar a su pareja obtiene proteína de manera sencilla para sobrevivir y cuidar de los huevos fecundados por un tiempo; y para el macho si con ello obtiene la descendencia que si quedara vivo, el sacrificio permite incrementar la calidad de la fecundación.

¿Y que pasaría si la hembra se come al macho antes de la cópula? Es una respuesta sencilla, la hembra obtiene una ventaja nutritiva que puede ser importante para sobrevivir, pero corre el riesgo de no ser fecundada y no dejar una nueva generación; aunque se dice, que hay hembras con la necesidad de comida, que despiden feromonas con el fin de atraer machos y una vez que estos llegan, la hembra los devora antes de la copula.

Aunque el porcentaje de ser devorado antes de la copula es muy alto, los machos de mantis están provistos de un repertorio de señales para apaciguar a las hembras hambrientas; señales incorporadas en el cortejo, como los son movimientos sutiles, movimientos de patas captoras, despliegue de alas; un buen cortejo generalmente evita el canibalismo previo la cópula; sin olvidarnos que el valiente macho es hijo de otro macho que tuvo éxito reproductivo.

El canibalismo sexual se puede decir que es una fama muy bien ganada por parte de las hembras, aunque no todas las especies del orden Mantodea practican esta conducta, ya que hay especies muy tranquilas que incluso pueden convivir sin tener los riesgos de ser devorados por algún compañero.

La naturaleza y las mantis nos tienen llenos de sorpresas, el canibalismo sexual, un ejemplo de evolución y supervivencia, un acto que más que amor, es frenesí; no es tan horrible como parece, hay que verlo desde el punto de vista objetivo y practico: ayuda para garantizar la siguiente generación de la especie.